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¿Qué es la taxonomía de Bloom y para qué sirve?

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En el momento de formarse, por ejemplo, como cuidadora de personas mayores, requiere un proceso de aprendizaje para ir diseñando de manera lógica la lista de tareas y actividades de la formación.

La educación es un proceso complejo que requiere una comprensión profunda de cómo las personas que se forman en una determinada materia aprenden y cómo los educadores pueden facilitar ese proceso. En este sentido, la Taxonomía de Bloom es una herramienta que proporciona un marco para comprender y planificar el aprendizaje efectivo

¿Quién fue Benjamin Bloom?

Para comprender la Taxonomía de Bloom, es esencial conocer al hombre detrás de ella. Benjamin Bloom fue un psicólogo educativo estadounidense que desarrolló esta estructura en la década de 1950. Su trabajo revolucionario en el campo de la psicología educativa sentó las bases para la comprensión moderna del aprendizaje.

¿Qué es la taxonomía de Bloom?

La Taxonomía de Bloom es una lista de objetivos (o niveles) que evalúan el proceso de aprendizaje de cualquier estudiante, en este caso, una persona que se forme en el sector de los cuidados, además de un punto de partida útil para diseñar de forma lógica actividades y ejercicios y conseguir un aprendizaje significativo que perdure durante toda la vida.

Un profesor da clase a sus alumnos.

Niveles de la Taxonomía de Bloom

Las categorías de la Taxonomía de Bloom han pasado por diferentes cambios para adaptarse a la era digital y, en la actualidad, una de las actualizaciones más aceptadas es la de los investigadores Anderson y Krathwohl, que se compone de los siguientes niveles:

  • Recordar: es la base sobre la que se sustenta todo el aprendizaje y se refiere a la capacidad de recordar hechos concretos, métodos, procesos, esquemas o marcos de referencia. En este nivel se trabajan verbos como elegir, afirmar, relacionar o repetir, entre otros.
  • Comprender: es la habilidad o capacidad que tiene la persona que se está formando de saber lo que le está comunicando. Se trata de interpretar la información y ser capaz de expresarla con propias palabras. En este caso, se suelen trabajar verbos como preguntar, contrastar, resumir, analizar, entre otros.
  • Aplicar: este nivel se caracteriza por poner en práctica los conceptos y procedimientos anteriores con el objetivo de resolver el problema, Aquí se relacionan términos como calcular, organizar o interpretar.
  • Analizar: se trata de descomponer el conocimiento en sus partes y pensar en cómo estas se relacionan con su estructura global. En esta fase de la Taxonomía de Bloom se emplean verbos de acción como examinar, razonar, simplificar, unificar.
  • Evaluar: este paso consta de la comprobación y crítica. Se trata de realizar juicios de valor respecto a la información y aprendizajes recibidos. Por ello, se emplean verbos como valorar, medir o decidir.
  • Crear: es la fase más compleja. Se basa en utilizar lo aprendido con el objetivo de construir y desarrollar ideas nuevas o en proponer soluciones para problemas del día a día. En ella se utilizan verbos como componer, planear, construir, añadir, adaptar, mejorar.

¿Cuáles son los objetivos de la taxonomía de Bloom?

Esta metodología tiene una serie de objetivos que la convierten en una herramienta eficaz para la resolución de problemas. Entre ellos, clasificar el conocimiento que ha recibido una persona estudiante y ayudar a los formadores a establecer los objetivos claros que pretenden alcanzar en el momento de impartir una clase sobre una materia.

En este sentido, otro de los propósitos de la Taxonomía de Bloom es pretender que los alumnos puedan usar el conocimiento para la resolución de problemas y que sean capaces de analizar, criticar y crear nuevas soluciones. La idea general es ayudarles a pensar por ellos mismos y que abandonen los primeros niveles básicos del ámbito cognitivo.

Ese tipo de aprendizaje activa habilidades propias de los procesos  cognitivos inferiores de la taxonomía Bloom como repetir, reproducir o recordar.

Su finalidad, por tanto, en lo que respecta a los alumnos, es entender con claridad lo que se aprende y ser capaz de aplicar los conocimientos en la práctica.

Las principales características de la Taxonomía de Bloom son:

  • Es un sistema de clasificación educativa, lógica y psicológica.
  • No se expresan contenidos, sino formas de conducta susceptibles de ser aplicadas a diferentes campos temáticos.
  • Se trata de una clasificación jerárquica, en cuanto que cada conducta implica siempre a las anteriores.

Ejemplos de la taxonomía de Bloom

Esta metodología, desde que se conoció en 1956, se ha utilizado para todo, desde enmarcar tareas digitales y evaluar aplicaciones, hasta escribir preguntas y evaluaciones. La secuencia original fue revisada y modificada en el año 2001, con el objetivo de adaptar la Taxonomía de Bloom a las necesidades del momento.

Se puede usar para crear evaluaciones, analizar la complejidad de las tareas, aumentar la dificultad de una lección, simplificar una actividad para ayudar a personalizar el aprendizaje, diseñar una evaluación sumativa o planificar el aprendizaje basado en proyectos.

Por ejemplo, para el primer nivel de la Taxonomía de Bloom es recordar: un ejemplo de aplicación sería pedirles a los estudiantes que reciten algo de lo que se les ha enseñado, citando información memorística. Para evaluarlo, se pueden hacer preguntas simples de opción múltiple para ver si el estudiante recuerdan hechos concretos del material. Se puede memorizar un poema o recordar las principales capitales europeas.

Para el segundo nivel, el de comprender, se puede pedir a los alumnos que discutan sobre un tema. Se pueden proponer actividades que impliquen parafrasear una historia o una definición o explicar un concepto con sus propias palabras.

Un profesor explica algo a sus alumnos mientras estos están de pie.

Para el tercer nivel, el de aplicar, con lo aprendido se trata de aplicarlo en otro escenario. Por ejemplo, los alumnos pueden usar una fórmula matemática para calcular un presupuesto familiar en el mundo real, o aplicar una decisión legal a un caso específico que aparezca en los titulares de los periódicos del día.

Para el cuarto nivel de la Taxonomía de Bloom, el de analizar, se pretende crear conexiones con las ideas utilizando el pensamiento crítico. Por ejemplo, se puede proponer como actividad a los alumnos analizar por qué una máquina no funciona o encontrar incongruencias en el razonamiento de un argumento. Con este nivel, un estudiante puede demostrar que ha entendido perfectamente los contenidos.

Para el quinto nivel, el de evaluar, el estudiante puede aplicar los conocimientos para poder diferenciar entre hechos y opiniones. Algunas de las actividades que se pueden plantear son: emitir un juicio sobre un dilema ético, o ilustrar el valor relativo de una innovación tecnológica en el sector agrario. Herramientas como las encuestas pueden ayudar a superar este nivel.

Para el último nivel de la Taxonomía de Bloom, el de crear, es el momento de construir algo tangible o conceptual. Como por ejemplo escribir un manual o un informe anual de resultados de un negocio. Algunas de las herramientas más utilizadas son los ensayos clínicos o discutir con gente del sector sobre los logros de una innovación tecnológica.

Este método bien conocido se ha usado para desempeñar la práctica docente en muchos ámbitos y es una herramienta tanto para alumnos como profesores que ayuda a conocer, interpretar y resolver problemas cotidianos que puedan aparecer o plantearse.

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