¿Cómo evitar caídas en el baño de personas mayores?
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|24 de noviembre de 2025

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En España, la soledad entre las personas mayores no es sólo un asunto emocional: es un factor de vulnerabilidad real. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), aproximadamente el 22,5 % de las personas de 65 años o más viven solas, lo que supone una parte significativa de este colectivo.
Este fenómeno adquiere aún más relevancia cuando consideramos el elevado riesgo de caídas domésticas en espacios como el baño. Las cuidadoras desempeñan un papel fundamental en la prevención: no sólo acompañan en las rutinas diarias, sino que también pueden ayudar a adaptar el entorno para que sea más seguro.
Para Aiudo, la formación de cuidadoras en técnicas de prevención no es una opción, sino una responsabilidad: garantizar un baño seguro, minimizando resbalones, significa cuidar la autonomía y proteger la salud de quienes dependen de un apoyo profesional.
Estrategias prácticas para cuidadoras: cómo actuar en el baño día a día
Estas son las mejores prácticas para garantizar un aseo diario seguro, respetuoso y libre de riesgos.
1. Técnicas de asistencia seguras
La seguridad empieza por la forma en que acompañamos cada movimiento.
Recomendaciones:
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Mantén siempre dos puntos de apoyo: una mano sujeta y la otra guía.
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Evita los tirones del brazo: pueden causar lesiones en hombro o muñeca.
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Usa movimientos lentos y predecibles para evitar sobresaltos.
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Coloca tu cuerpo cerca del suyo para transferencias más estables.
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Si hay debilidad en un lado del cuerpo, colócate siempre en ese lado para dar soporte.
2. Cómo guiar y movilizar al mayor sin riesgo
La clave está en acompañar, no cargar.
Para levantarse o sentarse:
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Indica verbalmente cada paso antes de hacerlo.
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Asegura que tenga los pies apoyados en el suelo antes de incorporarse.
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Anima a que impulse con sus piernas o brazos, siempre que pueda.
Para entrar o salir de la ducha:
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Revisa que el suelo esté completamente seco.
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Utiliza siempre barras de apoyo si no existen medita su instalación.
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Ofrece tu antebrazo, no la mano, para una sujeción más firme.
Para cambiar de postura:
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Usa el peso de tu cuerpo, no tu fuerza.
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Evita giros bruscos que puedan marearlo o provocar caídas.
3. Supervisión, comunicación y anticipación
Como dice la cita: “El aseo no solo es físico: también es emocional”. Es por ello que elementos como la supervisión, comunicación o anticipación son clave a la hora de brindar cuidados dentro del cuarto de baño.
Supervisión activa:
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No te alejes del baño durante la ducha.
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Mantén contacto visual y verbal frecuente.
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Ten toalla, jabones y ropa a mano para evitar salir y entrar.
Comunicación clara:
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Explica cada paso antes de realizarlo.
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Pregunta si se siente mareado, cansado o inseguro.
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Asegúrate de que entiende y colabora según sus posibilidades.
Anticipación:
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Si detectas cansancio, adapta la ducha a un aseo por partes.
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Prevé cambios de humor, frío o incomodidad.
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Observa señales de riesgo: sudor frío, temblores, dificultad para respirar.

¿Cuántas veces hay que ducharse a la semana en personas mayores?
A diferencia de los adultos jóvenes, cuya piel se regenera con mayor rapidez, la de las personas mayores es más fina, seca y sensible, por lo que un exceso de duchas puede provocar irritaciones o incluso pequeñas lesiones.
Algunas de las recomendaciones son:
- Duchas 2 o 3 veces por semana, suficiente para mantener una buena higiene y cuidado de la piel.
- Mantener rutinas de higiene diarias. Revisar lesiones en la piel, aseo, cambios de ropa, etc.
- Adaptar la frecuencia a cada persona, dependiendo el grado de movilidad, nivel de dependencia, estado de la piel (seca, frágil, tendencia a eccemas).
- Contar con un baño adaptado, un entorno preparado permite duchas más rápidas, más seguras y menos estresantes tanto para la cuidadora como para la persona cuidada.
Proporciona autonomía, confianza y reduce el riesgo de caídas en el baño que constatan el 66% de los accidentes domésticos que sufren las personas de la tercera edad.
Y muy importante, tener en cuenta el bienestar emocional y preferencias personales de la persona cuidada. Por ejemplo si ese día se encuentra cansada o con molestias.
‘Checklist’ rápido para cada baño
Un listado que toda cuidadora debería revisar:
Antes de comenzar
☐ Suelo seco y sin obstáculos
☐ Toallas y ropa preparadas
☐ Silla de ducha o taburete estable colocado
☐ Alfombrilla antideslizante
☐ Agua a temperatura templada
☐ Ventilación adecuada (pero sin corrientes)
Durante el baño
☐ Supervisión constante
☐ Movimientos lentos
☐ Comunicación clara
☐ Jabones suaves y no irritantes
☐ Revisar piel, heridas o enrojecimientos
Al terminar
☐ Secado completo, especialmente en pliegues
☐ Hidratación de la piel
☐ Cambio de ropa cómoda
☐ Revisión del estado emocional tras el aseo
☐ Comprobar estabilidad antes de caminar
Sillas de baño para evitar caídas
Las duchas de pie pueden resultar agotadoras para personas con cansancio, dolor articular o problemas de equilibrio.
Las sillas proporcionan un apoyo estable que reduce el esfuerzo físico tanto para la persona cuidada como para el cuidador reduciendo los movimientos peligrosos, carga física y previniendo lesiones comunes como lumbalgias, sobrecargas o tirones musculares.
Silla para bañar a personas mayores: cómo elegir la adecuada
Según los tipos de dependencia que exista y sus necesidades os recomendamos las siguientes:
Si la persona mayor puede sentarse por sí misma pero tiene dificultad para entrar/salir de la bañera: el asiento giratorio para bañera es una solución muy eficaz.
Si necesita una silla que le sirva para aseo y para WC, y tiene aún algo de autonomía para moverse con ayuda: la silla de baño y WC autopropulsable es muy buena opción. Sirve como elevador y para la ducha.
Para alguien con movilidad reducida, incontinencia urinaria y que necesita un asiento estable, con posibilidad de desplazamiento dentro del baño, la silla con inodoro y ruedas es ideal. .
Para dependencia alta, donde la persona no puede moverse por sí misma y necesita ser aseada en la silla, incluyendo lavado de cabeza, cuerpo, y uso de WC, la silla lavacabezas con ruedas e inodoro es la opción más completa.

Algunos de los errores comunes al elegir una silla
Para facilitar la asistencia es imprescindible que escojamos la que más se adapte a las necesidades tanto como cuidadora, como las de la persona que vamos a cuidar.
- No considerar el peso (kg) y los límites que tiene, arriesgándonos a que se rompa o haya una caída innecesaria.
- No tener en cuenta la altura: si el asiento es demasiado bajo, tendrá dificultad para levantarse, por el contrario, si está demasiado bajo además de ser incómodo podremos arriesgarnos a una caída.
Recomendación Aiudo: medir la altura desde los pies hasta las rodillas y elegir una silla que permita mantener los pies apoyados en el suelo.
- No personalizar la elección, cada persona tiene un grado de movilidad, una persona con gran dependencia puede necesitar silla con ruedas y reposapiés, mientras que alguien con movilidad parcial puede bastar con un asiento fijo.
- Ignorar si el material no es resistente al agua, elegid siempre sillas de aluminio anodizado, acero inoxidable o plástico de alta calidad y con esta también.
- No evaluar si es apta para las medidas de la ducha, si las ruedas son adecuadas y la comodidad del usuario.
Subvenciones para adaptar baños 2025 y 2026: oportunidades para mejorar la seguridad
En España, existen subvenciones y ayudas públicas destinadas a la adaptación de viviendas para personas mayores, incluyendo reformas de baños y la supresión de barreras arquitectónicas. Estas ayudas tienen como objetivo facilitar la autonomía y la seguridad de las personas mayores en sus hogares.
Cada comunidad autónoma gestiona estas ayudas de manera independiente, por lo que las convocatorias, los criterios de elegibilidad, las cuantías y los tipos de intervenciones serán diferentes, por lo que debemos estar atentos de la nuestra autonomía para poder solicitarla.
Con certeza en la Comunidad Valenciana, existe el Plan Renhata dirigido a reforma la vivienda para adaptarla a su posible uso por personas con diversidad funcional y movilidad reducida. El plazo de solicitud está abierto: desde 12-11-2025 hasta 12-01-2026.
Puede solicitarlas cualquier persona física que sea propietaria, usufructuaria o arrendataria de una vivienda situada en la Comunitat Valenciana y además acredite tener 65 años o más, o tenga igual o superior al 33% de discapacidad.
La reforma debe ir destinada a mejorar la accesibilidad o adaptar la vivienda para personas con diversidad funcional o movilidad reducida.
Compromiso Aiudo con la seguridad y el bienestar en el hogar
En Aiudo, entendemos que el cuidado de una persona mayor no empieza solo en la asistencia diaria, sino en la creación de un entorno donde puedan sentirse seguros, acompañados y respetados. Por eso, nuestro compromiso va mucho más allá de cubrir necesidades básicas: se centra en garantizar un envejecimiento digno, en casa, con autonomía y con el apoyo profesional que cada persona merece.
El papel esencial de las cuidadoras
Las cuidadoras son la pieza clave del bienestar en el hogar. Su presencia no solo aporta compañía:
• Observan, previenen y detectan riesgos.
• Conocen los ritmos, miedos y limitaciones de cada persona mayor.
• Aseguran que cada tarea del día, como entrar al baño, vestirse o asearse, se haga con calma, respeto y seguridad.
Importancia de combinar formación, entorno adaptado y ayudas técnicas
Una cuidadora formada puede evitar un riesgo.
Un baño adaptado evita que el riesgo aparezca.
Una ayuda técnica (como una silla de baño) facilita que esa rutina sea cómoda, rápida y segura.
La seguridad en el hogar es un triángulo: formación + entorno adaptado + ayudas técnicas.
Separadas funcionan. Juntas transforman la vida de una persona mayor.

Crear rutinas y espacios seguros para un envejecimiento digno
El bienestar diario no depende solo de grandes decisiones, sino de pequeños hábitos bien hechos.
- Un baño donde cada paso está anticipado.
- Una rutina estable que da seguridad.
- Movilizaciones suaves y guiadas.
- Revisiones visuales y táctiles de la piel.
- Comunicación constante y respetuosa.
En Aiudo, reafirmamos nuestro compromiso: apoyar a las cuidadoras con formación especializada y ofrecer a las familias soluciones que permitan un envejecimiento digno, seguro y autónomo en el hogar. Porque cuando el entorno, la profesionalidad y el cuidado se unen, la vida diaria se vuelve más fácil, más humana y mucho más segura.
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