Saber actuar ante situaciones de emergencia cuidando a personas mayores es de vital importancia ya que, a medida que envejecemos, nuestro cuerpo se vuelve más vulnerable a sufrir accidentes y enfermedades que pueden requerir atención médica inmediata. En este sentido, la capacidad de responder rápidamente y de manera efectiva a una urgencia puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte, o entre una recuperación rápida y una complicación mayor.
En este artículo se analizan las situaciones de emergencia más frecuentes en el cuidado de ancianos y los protocolos de actuación para hacerles frente.
10 situaciones de emergencia frecuentes
Una persona cuidadora de personas mayores puede toparse con situaciones bastante complicadas en su día a día. La experiencia, al igual que la formación, permiten desarrollar aptitudes muy necesarias para hacer frente a frente a este tipo de sucesos. El curso de Cuidados Generales a Mayores en Casa, por ejemplo, ofrece un conocimiento amplio de los cuidados que requieren los ancianos con necesidades específicas.
A continuación, se mencionan 10 ejemplos de situaciones de emergencia frecuentes que un profesional del cuidado de ancianos puede encontrarse ejerciendo su labor:
- Caídas: son una de las emergencias más frecuentes y pueden derivar en consecuencias graves, como fracturas o esguinces.
- Desmayos: los ancianos son propensos a sufrir desmayos por deshidratación, cambios de presión arterial o problemas cardíacos.
- Ataques al corazón: pueden sufrirlos personas con hipertensión, diabetes u obesidad.
- Accidentes cerebrovasculares: causados por patologías de tipo isquémico o hemorrágico.
- Deshidratación: suele ser algo bastante frecuente en verano debido a las altas temperaturas y una escasa ingesta de líquidos.
- Problemas respiratorios: enfermedades como la EPOC o el asma dificultan la respiración de los mayores y pueden provocar episodios de ahogo desagradables.
- Hipoglucemia: hay que tener mucho cuidado con los niveles de azúcar en sangre de los mayores con diabetes, pues la hipoglucemia puede derivar en mareos y desmayos, que a su vez pueden provocar lesiones.
- Insuficiencia renal: varios problemas de salud pueden provocar insuficiencia renal, al igual que las infecciones urinarias mal tratadas.
- Convulsiones: los ancianos pueden sufrir crisis epilépticas cuando padecen enfermedades neurológicas o cuando tienen lesiones cerebrales.
- Desorientación: los ancianos con demencia o alzhéimer pueden sentirse fácilmente confundidos y desorientados. Esta situación les puede llevar a perderse y exponerse a situaciones de riesgo. Los dispositivos de teleasistencia pueden ser muy útiles para prevenir estos casos.
Es recomendable contar con un plan de emergencia y tener a mano los números de los servicios médicos, de familiares y de amigos de confianza.
¿Qué hacer en una situación de emergencia?
Seguir un protocolo de actuación ante una situación de emergencia puede marcar la diferencia y evitar males mayores. Por eso, las familias valoran muy positivamente que las cuidadoras de ancianos a domicilio cuenten con formación específica que les otorgue los conocimientos necesarios para hacer frente a problemas críticos.
La actuación general ante una situación de emergencia debería basarse en los siguientes puntos:
- Mantener la calma: no perder los nervios ante una situación estresante permite actuar de manera más racional y organizada, lo cual resulta crucial cuando se produce una emergencia. Además, esto también permite tranquilizar a la persona afectada y no empeorar los síntomas que está sufriendo.
- Evaluar la situación: el siguiente paso a seguir consiste en identificar lo que está sucediendo. ¿El anciano se está ahogando? ¿Se encuentra tendido en el suelo? ¿Está mareado? ¿Tiene contusiones? Dependiendo de lo que haya sucedido, habrá que proceder de un modo u otro.
- Asegurar la seguridad del anciano: la cuidadora debe asegurarse de que el anciano permanezca en un lugar en el que esté protegido de peligros adicionales.
- Llamar a los servicios de emergencia: si la situación es grave o se escapa del control de la profesional, ésta deberá llamar con rapidez a los servicios de emergencia lo antes posible. Para ello, es útil tener apuntados los números de teléfono de estos servicios en un lugar visible, como puede ser la nevera.
- Proporcionar primeros auxilios: si la trabajadora cuenta con estos conocimientos, puede aplicarlos durante el tiempo de espera hasta que lleguen los servicios de emergencia, con el fin de evitar que la situación derive en algo más grave.
- Avisar a los familiares: este no debe ser el primer paso a seguir, ya que es más importante buscar la seguridad del anciano y alertar a emergencias, pero una vez se haya hecho esto, hay que alertar a la familia de lo sucedido.
- Documentar la situación: la cuidadora debe ir registrando cualquier alteración que se produzca en el estado del anciano e informar detalladamente de los sucedido a los profesionales que acudan para auxiliar.
Apoyo psicológico en situaciones de emergencia con personas mayores
Las situaciones de emergencia pueden ser traumáticas para cualquier persona. Los mayores especialmente pueden ser vulnerables a los efectos psicológicos de estas situaciones de peligro debido a su edad, estado de salud y posible dependencia. Por esta razón, el apoyo psicológico es importante para ayudarlos a sobrellevar las emociones y el estrés asociados con una situación de este tipo.
El apoyo psicológico puede proporcionarlo un profesional de la salud mental capacitado, como un psicólogo o un trabajador social, o también la cuidadora de ancianos.
El cariño, la comprensión y el apoyo que ofrece la cuidadora al anciano le permitirá sentirse seguro y superar el miedo derivado de las situaciones de emergencia. También puede ser interesante valorar la posibilidad de contar con un psicólogo de emergencia, que ofrezca atención emocional al anciano que ha sufrido un evento traumático.